El mayor reto de la especie humana es el ego.

El mayor reto de la especie humana es, sin duda, el ego, y con ello los egocéntricos y narcisistas que están en posiciones de poder. Digo que es el reto más importante porque un ego desproporcionado compromete a la lucidez y afecta a la toma de decisiones. ¿Qué puede ser peor que eso?

Bajo la perspectiva de psicología evolucionaria, se podría argumentar que la formación del ego es un proceso operacional indispensable para que un individuo sobreviva y se reproduzca, pero como todas las características humanas, tiene su lado positivo y negativo. El ego también es un tema de grado.

Entre la densidad psicológica de cómo se desarrolla el ego, viene al caso hablar de la Sombra y los complejos (CG Jung).

La Sombra, bajo el fenómeno de la represión, es aquella parte del psique que guarda todo lo que al ego no le gusta o le genera ansiedad, como: envidia, sentimientos de inferioridad, impulsos violentos, sexuales, etcétera; así como las partes no exploradas o desarrolladas.

Los complejos, por su parte, pueden verse como "zonas ciegas" que promueven respuestas irracionales: influyen en las intenciones y la voluntad del individuo; afectan el desempeño consciente; producen disturbios en la memoria y bloqueos en el flujo de asociaciones; aparecen y desaparecen según sus propias leyes, como si fueran seres independientes.

Dicho en forma coloquial: a la hora de reaccionar, el complejo va por delante.

Un ego agrandado no deja ver: te hace "perfecto" y a otros defectuosos. Al lidiar con un problema o con una oportunidad, el egocéntrico desvía su atención del problema en turno, del reto sistémico, de su responsabilidad institucional, y se centra en su ego. Sesgado, el ególatra busca cómo truncar la interpretación y la resolución, para que sean consistentes con su auto-concepto.

Conectado con el egocéntrico está el Narcisista. Las sutilezas psicoanalíticas entre el egocentrista, el narcisista y el psicópata, las dejaré para otra ocasión, pero valga decir que, en cualquier caso, todos están comprometidos en su juicio.

El narcisista se mira sólo a sí mismo sin tomar en cuenta los demás o simplemente poniéndolos en un plano inferior. Tienden a desarrollar fantasías irreales de poder, dinero, éxito, belleza o amor ideal.

El complemento perfecto del narcisista es un equipo de trabajo débil; que se la pasa alabándolo, aplaudiéndolo y siguiéndole el cuento para no ser linchados. Son cómplices.

En síntesis: el líder no sólo requiere habilidades para integrar equipos, clarificar prioridades, ejercer liderazgo; pareciera que una condición previa es la estabilidad y la salud emocional. No está fácil.

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