La trampa de la razón
“Conocer nuestra mente y nuestra conducta es una proeza necesaria y urgente”.
El riesgo más grande que existe en este planeta somos nosotros mismos. Somos una especie que nos creemos racionales a pesar de que la ciencia demuestra, cada vez más, que la mayoría de lo que hacemos es inconsciente, que somos automáticos, emocionales e impulsivos y que el autoconocimiento, pilar de la salud mental, no está en el radar de la educación básica.
Después de 30 años de consultoría, de impartir clases de estrategia en diferentes universidades del mundo, de consultas personales y montar varios emprendimientos, y particularmente al observar cómo interactúan los directivos, dueños de empresa y su personal, puedo concluir que la variable determinante en el éxito de un negocio, e incluso en la vida personal, es el autoconocimiento.
Infelizmente, el autoconocimiento no se enseña, se valora poco, suena a rollo psicológico. Sin embargo, la realidad es que vivimos capturados por sesgos de pensamiento, mecanismos de defensa que protegen al ego y reacciones emocionales automáticas; nos desdoblamos a partir del autoengaño.
El discurso protagónico de la inteligencia artificial en la actualidad, rebasa, en mi opinión, a un tema profundamente más importante: el estudio y desarrollo de la psique humana.
La inteligencia no artificial es el verdadero tema. El cuidado de nuestra inteligencia -incluida la salud mental- debe ser la prioridad, la unidad de análisis y el principio de todo.
El autoconocimiento, la perspectiva y la lucidez son la materia prima para mantenernos vigentes.
Texto generado sin IA