No compitas
“Es mejor ser único y relevante, que ser mejor”.
“No competirás”. Quizás sea el mandato estratégico más importante que debería enseñarse en las escuelas de negocios. No se trata de centrarse en competir mejor, sino de hacer irrelevante a la competencia.
Uno de los errores más comunes de las empresas es estarle siguiendo los pasos a sus competidores. Somos copiones por naturaleza, incluso oficializamos la copia gracias al benchmarking, que consiste en estudiar competidores e incorporar las mejores prácticas.
Copiar es como el beso de la muerte. Pudiera aparentar ser una estrategia atinada, pero a la larga termina comprometiendo la supervivencia de la empresa y el capital de marca. Vivir copiando es una señal de ausencia de diferencias, baja autoestima corporativa y poca creatividad.
Cabe aclarar que es 100% válido estudiar las tendencias y decidir seguir una corriente innovadora, pero el secreto es ganar en la batalla del posicionamiento. Si solo nos la pasamos viendo al competidor y perdemos de vista al mercado, con el tiempo nos mimetizamos y acabamos pareciéndonos todos, erosionando las utilidades de la industria entera.
Nos tenemos que separar de la competencia. Si la competencia va a la izquierda, vayamos a la derecha; si la competencia sube, bajemos; si son verdes, seamos rojos.
¿Cómo le hacemos para que nuestra propuesta de valor sea tan única, tan diferenciada y tan difícil de copiar que simplemente no compitamos, y mucho menos por precio?
Texto generado sin IA