“Si el año anterior fue mediocre, el presupuesto extrapola una semilla mediocre”.


Te dejo una reflexión sobre otro de los temas de temporada. El presupuesto, necesario pero insuficiente, es uno de los peores engaños que puede ocurrirle a una empresa en función de que el desempeño del año está basado en el desempeño del año anterior, y ese año anterior está basado a su vez en el previo, y así sucesivamente.

Es, en esencia, una medida de control que frecuentemente se confunde con la estrategia porque establece objetivos y metas. La forma tradicional de elaborar un presupuesto esconde la trayectoria de un negocio en función que se centra en la referencia del año anterior. 

La idea de control es una ilusión: las reglas del juego se re-definen sistemáticamente, los mercados modifican sus gustos, ingresan y egresan competidores, nacen y mueren tecnologías. Y en medio de todo esto, las empresas tienen la obligación de crecer.

Para seguir creciendo, las empresas tienen que darle la bienvenida al cambio aunque, infelizmente, la narrativa típica de las empresas es retrospectiva: miran hacia atrás, hacen un pre-supuesto, y extrapolan con la terrible suposición de que las condiciones futuras serán similares a las del pasado.

El presupuesto es una trampa, carece de imaginación, es complaciente y un testimonio del desconecte del mundo exterior. 

La empresa que confunde presupuesto con estrategia termina optimizando su inercia.


Texto generado sin IA

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